jueves, 3 de septiembre de 2015

Querido Renzo

Publicado por Claudia en 13:38 2 comentarios
@cuerpozurdo  27 feb. 2012 
Tengo la sensación de que no volveré a verte, así que te esperaré con los ojos cerrados...



Te conocí cuando solo comías fideos rojos, sin carne, sin pollo; solo fideos rojos en el plato. Mirabas con cierta ternura a los venados que pasaban cerca a la gente y sus bandejas de comida en el jardín y pensé: ¡qué chico más raro! Luego cuando nos hicimos amigos entendí de tu gran respeto hacia los animales y consecuentemente fuiste vegetariano (aunque ambos sabemos que eso no duró tanto). 

Y cuando digo que nos hicimos amigos lo digo en serio; de esa clase de amigos con los que te sientas a rajar de las respectivas basuras que nos rompieron el corazón, con los que intercambias cds y libros, con los que comes demasiado sin culpa, con los que no hay una mala conversación nunca. Pero yo soy la amiga más ingrata de todas, en algún momento después de que terminaste la universidad pasó lo (in)evitable, dejamos de vernos... Aunque no nos perdimos el rastro el uno del otro por completo, no llegué a ir a tu presentación del Mapa Literario, no fui a ninguno de los recorridos que organizaste ni a visitarte en tu trabajo como tantas veces había prometido.
La última vez que nos vimos no fue más de cinco minutos, yo salí corriendo a atender mi vida y no pude quedarme aunque sea para tomar un café contigo.

Claro que me arrepiento, siempre te vi como un increíble cerebro del que me encantaba aprender y todavía más como una de las pocas buenas personas que aún existían. Alguien que había logrado madurar sin perder su inocencia, alguien que creía que era posible hacer un cambio, alguien con demasiados sueños pero con los pies en la tierra... con la voluntad de hacerlos todos posibles.
Sin duda lo lograste, tus proyectos se materializaron y tu vida tocó a muchas personas (¡y también la de muchos perritos que rescataste!). Tu corazón siempre estuvo a tu altura.

Gracias por estos pocos pero significativos años de amistad, no solo me siento feliz de haberte conocido sino halagada de haber sido tu amiga. Envíame algo de tu creatividad desde donde sea que estés, anímame a seguir comiendo y engordando -porque la comida es uno de los placeres de la vida- y déjame creer que todavía tengo la oportunidad de devolverte tu diccionario de latín, que tengo opción de saldar ese encuentro pendiente.



@cuerpozurdo  22 jul. 2012 
El amor está en cualquier parte. En una calle, en el whisky barato. Debajo de la mesa o en la ventana del vecino. En el sentido común.


sábado, 17 de enero de 2015

Buscando a Alaska

Publicado por Claudia en 17:05 0 comentarios



Somos energía: sin principio ni fin, y por lo tanto la posibilidad de extinguirnos por completo no existe. El espacio físico que ocupamos en la tierra, los objetos que atesoramos e incluso los momentos que vivimos con otras personas y los recuerdos que fabricamos, dejarán de ser nuestros en algún momento; nos olvidaremos y también nos olvidarán. 
Vivir es un perpetuo estado de tránsito; sabemos que nos vamos, aunque no sepamos a dónde ni cuándo. Es esta realización la que debe llevarnos a vivir sin miedo, tristeza o arrepentimiento. Aunque estemos convencidos de que hay sufrimientos insuperables, situaciones que nos golpean fatalmente o de las que creemos jamás podríamos olvidarnos, debemos recordar que no existe tal dolor que pueda desaparecernos. 
El laberinto que es la vida jamás podrá destruirnos y es en este hecho el que debe residir toda nuestra esperanza.
 

en la cabellera enredada de una niña en la vía láctea Copyright © 2012 Design by Antonia Sundrani Vinte e poucos