domingo, 28 de octubre de 2012

Patient butterflies

Publicado por Claudia en 20:31 1 comentarios


Was a time when I wasn't sure
but you set my mind at ease
there is no doubt you're in my heart now
said, "woman, take it slow and it'll work itself out fine
all we need is just a little patience" 
said, "sugar, make it slow and we'll come together fine
all we need is just a little patience"



Asumiendo que todos son televidentes promedio y que conocen la trama de la serie “Friends” casi tan bien como la de sus propias vidas deben saber que Monica y Chandler terminan casándose después de haber salido durante algún tiempo y de haberse mudado juntos. La historia de ellos dos es casi, casi un cuento de hadas para mí: dos buenos amigos que se conocen de toda la vida terminan enamorándose. No puedo decir que sea una historia que me resulte familiar, en la vida real no conozco muchas parejas que la compartan. Mis modelos de matrimonios, que vendrían a ser los de mi familia; son más que nada matrimonios de larga data pero hasta donde tengo entendido no se conocían desde siempre.
En este capítulo, en medio de los preparativos para su matrimonio, Monica cae en la cuenta de que después de que esté casada nunca más volverá a salir con nadie. No tendrá otra primera cita, ni otro primer beso, ni volverá a sentir esas “mariposas” que describe como el sentimiento de enamorarse de alguien por primera vez. Esta certeza la sorprende en parte y la altera, por lo que decide compartir su preocupación con Chandler. Para el final del capítulo, Chandler le asegura a Monica que él no tiene dudas acerca de su relación, que está seguro de querer casarse y compartir su vida con ella. Monica reconoce que extrañará todas esas “primeras” emociones y situaciones al conocer a alguien, pero que no cambiaría por nada lo que tiene con Chandler y las nuevas experiencias que tendrán juntos en el futuro, como pareja.

Como Monica, siempre he tendido a ser indecisa. Dudo de mis capacidades, dudo al tomar ciertas decisiones, dudo acerca de lo que siento y acerca de lo que otras personas sienten por mí. Debido a esta duda psicótica que me persigue a todos lados he sido una persona insegura durante mucho tiempo. Siempre necesité pruebas tangibles de fidelidad y cariño para estar tranquila y feliz.

¿Cómo es que Monica está segura entonces de que quiere pasar el resto de su vida con Chandler? Eso mis amigos, es el resultado de la experiencia; por los años que tiene y sus relaciones pasadas.

Creo que al día de hoy por más intensa que fuera mi relación de pareja no podría decir que he conocido “al indicado”. Hay tanto en el mundo allá afuera, tantos lugares a los que quiero ir, tantas personas que aún no he conocido, tantos libros que no he tocado… Tantas experiencias distintas y nuevas que, podrían tal vez, cambiarme para siempre; convertirme en una persona completamente diferente a quien soy ahora. No puedo ni siquiera pensarme casándome con alguien, pero sí me mantengo todavía firme respecto a algunos principios de cabecera.

Sé que todavía tengo miedo de enamorarme de alguien de nuevo y que repentinamente se despierten un día y decidan que no me quieren más, o que la rutina termine matando nuestra relación, que los momentos que pasamos juntos no sean más divertidos. Temo también que conozca a alguien más, más bonita e inteligente y seguro mucho menos complicada. Pero aunque tenga miedo jamás me resignaría a tener menos pasión o locura al enamorarme de alguien, como dice la protagonista de Dream for an Insomniac: cualquier cosa menos que amor loco, apasionado y extraordinario es una pérdida de tiempo, hay demasiadas cosas mediocres en la vida y el amor no debería ser una de ellas.

Hay que aterrizar siempre un poco y aunque es difícil no hacerse ilusiones cuando compartes tanto tiempo con la misma persona, no hay que permitir que esas alucinaciones que fabrican tantas mujeres de la casa-el perro-los dos hijos se hagan demasiado evidentes o terminen de quitarles la cordura cuando se caen a pedazos. Y qué sé yo al final, hablo mucho de algo que no puedo decir que conozco completamente, según mi papá el día en que me enamore de verdad me olvidaré absolutamente de todo lo que afirmaba antes del amor. No estoy sentada esperando que eso pase, pero sé que como las mejores cosas de la vida, siempre nos llega de sorpresa.

domingo, 21 de octubre de 2012

roam (if you want to)

Publicado por Claudia en 21:58 0 comentarios

Estoy exactamente a un mes de cumplir veinte.



A un mes de tener un año menos que ella cuando se enteró que había un pequeño corazón latiendo dentro de su cuerpo y robándose todo el queso filadelfia y los tomates que comía con desesperación.

A un mes de tener un año menos que ella cuando tuvo que tomar la decisión, cuando tuvo que limpiarse la cara y cambiar sus planes por completo.

Durante mucho tiempo me atormentó la idea de ser la culpable de todos sus sueños atrasados, de sus muecas frente al altar, de sus arranques de cólera y llanto, de tantas veces los mismos platos de comida y el gris que se filtraba en sus ojos. 
Hoy entiendo que jamás fue así, que nadie apuntó invisibles pistolas contra tu cabeza, que más que ser tu escape, fui tu perfecta excusa.

Felizmente la brecha es corta, felizmente me haces reír con todas tus tonterías, felizmente te perdono esas jaladas de orejas, felizmente tú me perdonas que sea hoy yo quien usa las minifaldas, felizmente me hiciste escuchar buena música, felizmente me obligas a cantar, felizmente no heredé el color de tus ojos, pero sí el negro indomable de tu cabellera, felizmente te has quedado conmigo tanto tiempo aunque persistes en decir que te irás pronto…


¡Felizmente hace veintiún años ese doctor detuvo el ascensor para hablarle a la chica de los ojos verdes!
19.06.11

lilac wine

Publicado por Claudia en 18:25 0 comentarios

(algo escribí según mi tumblr 11 months ago)

Terminaba el dosmildiez comenzaba el dosmilonce, mi pelo estaba corto mis esperanzas demasiado altas.
Yo ponía de lado todas mis dudas y mis celos, y tú (supuestamente) ponías de tu parte; hacías el esfuerzo…

¿Hacías el esfuerzo?
Qué estúpidos fuimos los dos, porque cuando algo tiene que darse simplemente se da y por fin lo entiendo ahora. No tiene que sentirse como un sacrificio y si se siente como una carga entonces algo anda mal. Cualquier cosa distinta a esto, ¿qué es?
Era controlador, represivo, asfixiante, aburrido, opaco, monótono, distraído. Y el amor puede ser muchas cosas pero ninguna de las anteriores.
Debiste irte a la playa con tus amigos mi amor, y yo debí bailar en el casino ese año nuevo hasta no sentir más mis pies, tal y como quería, tal y como había planeado.
Tú y yo debimos dejarnos ir hace tanto,

Ellos lo dicen mejor:

jueves, 11 de octubre de 2012

Todo lo que termina, termina mal

Publicado por Claudia en 23:23 0 comentarios


No vine a pintar ningún cuadro. Estoy sentada aquí, al frente tuyo y al frente de mí, después de haber tenido éxito retrocediendo el tiempo a más de un año atrás. La escena es esta: la que debió ser la última confrontación y en la que salí perdiendo. 
Mis ojos miraban al vacío; rojos, llenos de lágrimas y sin soltarlas, enfurecidos. Mis brazos cruzados sobre mi pecho, que apretado me hacía temblar mientras respiraba con dificultad. Mi rostro sin ninguna expresión, las líneas de mi cara desaparecidas, mi cuerpo por completo dirigido hacia la puerta, esperando que en cualquier momento la abrieras y te largaras de una vez por todas. Tú comenzando tus ruegos, tratando de separar mis brazos y cogerme las manos. Llorando, gritando explicaciones, pidiendo que te escuchara, arrodillándote y rindiéndote finalmente. Haciéndote al costado, esperando mi respuesta, cubriéndote la cara con las manos. Cinco segundos de debilidad, lo único que escuchaba era mi corazón latiendo en todo mi cuerpo, mis palabras eran absolutamente incoherentes mientras tú continuabas enredándote en tus mentiras. 
Te hice la pregunta definitiva aún cuando ya conocía la respuesta. Clavaste tus ojos en los míos y juraste por un Dios cualquiera que lo que decías era cierto. Me permití dudar, me puse de pie y abrí la puerta. Te pedí que te fueras, que era tarde y que lo pensaría, te dije. No pensé absolutamente nada esa noche. Ignoré por completo mi propia voz, la que me decía en un grito que la mentira era evidente, y decidí creerte antes de haberlo realmente decidido. 
Ahora que estoy desde el sillón de al frente contemplando la misma escena, no consigo perdonarme del todo ese terrible error. Haber permitido tu juego mental con mi cerebro, tu manipulación asquerosamente trabajada con alevosía. Me duele todavía como si la hubiera escuchado el día de hoy. Tamaña mentira, genial traición. Me duele mucho más haber sido tan inocente, dejar que me mintieras en la cara ese día y todos los malditos días que le siguieron... 

No me pidas que te perdone de nuevo. Por favor, no lo hagas nunca. Ni ahora ni en veinticinco años, no quiero que exista ni siquiera una minúscula posibilidad de que creas que lo que hiciste tiene remedio. Sé que me pediste que no escribiera de esto. Por algún tiempo tuve miedo, pero prefiero hacerte mejor fama y exponerte en toda tu cobardía, así que aquí estoy contando una de tus mejores historias para la colección. Haz absolutamente lo que quieras, diles a todos que estoy loca, que jamás lo voy a superar, cuéntales como creías que ya éramos amigos, escríbeme tratando de intimidarme... Mejor aún, haz todas las anteriores. Yo solo quería que no se te olvide: sigues siendo el mejor mentiroso que conocí en mi vida. 
Y gracias eh, muchas gracias por toda la mierda... 
Hoy soy otra persona.



viernes, 5 de octubre de 2012

El peso de la curiosidad // El peso de la verdad

Publicado por Claudia en 5:36 0 comentarios

Nunca he escrito de estos temas en ningún blog personal antes, pero dado que la coyuntura apremia y que estuve gritando algunos datos importantes en twitter,  ahora lo haré por aquí.



Acerca del punto de vista jurídico sobre el indulto a Fujimori les recomiendo revisar este artículo de mi amigo Gonzalo Monge. Estoy completamente de acuerdo con lo que escribe, y a esto solo me gustaría agregar un pequeño relato.

Una fuente muy cercana, cuya familia apoyó económicamente la campaña de Keiko Fujimori, tuvo la oportunidad de visitar la DIROES en más de una ocasión el año pasado. Pudo reunirse con el mismo Fujimori, quien según lo que me cuentan, del mejor ánimo le enseñó sus pinturas de paisajes del Perú (porque es pintor autodidacta –según él mismo-) y además le contó que estaba encargado de toda la campaña de su hija Keiko en el sur del país. Completamente sano y emocionadísimo de andar en estos trámites electorales.

Toda la evidencia apunta a que este sujeto no está muriéndose de cáncer, lleva una vida más cómoda que la mayoría de muchas personas de nuestro país sin merecerlo. Indultar a Fujimori sería escupirnos en la cara a todos, probar que en este país la ley es un papel que resiste todo y lo que es peor, abrir la puerta grande a la nueva dinastía política de los Fujimori.

Hagan este ejercicio mental imaginativo conmigo…


Fujimori es indultado, ahora libre y con su salud renovada lo último que hará es sentarse en su casa a ver televisión, ¡qué comience la campaña política! Y como Keiko no la hizo, y este país está lleno de machistas, apuesta a lo seguro: Kenji Fujimori al 2016 (porque ser zoofílico no te hace menos líder, ¡tampoco tampoco!). Pero la gorda no se rendiría tan fácil, después de un baño de popularidad se anima por el “yo no soy mi padre” y también se lanza al ruedo. No, definitivamente esto ya no serían los noventas sino el fin del mundo.
En el país donde los imposibles se hacen realidad (es casi la fábrica de chocolates de Willy Wonka y todos obedientes oompa loompas) habríamos llegado a tener no uno, SINO DOS hijos de un dictador y asesino postulándose a la presidencia. No podemos contra el Movadef, ¿vamos a poder contra los Fujimori? 

Que la curiosidad no nos mate a todos.



P.S: llénense un poco más de rabia, y acuérdense como estos dos se cagaban de risa en el juicio, y como se cagaron de risa en nuestras caras también durante tantos años.
#ElIndultoEsInsulto



 

en la cabellera enredada de una niña en la vía láctea Copyright © 2012 Design by Antonia Sundrani Vinte e poucos